Este año 2011, en Abril para ser exacto, viajé al Sur a conocer un territorio fascinante. Pensarán que eran las Torres del Paine, pues no, esta vez era algo diferente. Fui a Tierra del Fuego. Había escuchado varias cosas de ese extenso y vasto territorio. Había visto alguna que otra imagen, generalmente como de pampa, de un territorio plano y con muchas hectáreas de pasto. Pero un amigo me decía lo contrario, me contaba de montañas, de bosques, de lagos y ríos. Todo coronado por pingüinos Rey.
A diferencia de sus vecinos magallánicos, el pingüino Rey es alto, colorido, un verdadero caballero de los mares. Había que ir a verlos, en su hábitat natural, nada de paisajes envasados como los de un zoológico.
El primer día de viaje fue el vuelo de Santiago a Punta Arenas, donde nos esperaba V para llevarnos en auto a Tierra del Fuego. Pasamos a hacer algunas compras a la ciudad, y después viajamos hacia Primera Angostura. Pasamos por la Estancia San Gregorio donde tomé esta foto. Luego seguimos viaje hasta llegar al faro de Primera Angostura. Esperamos unos veinte minutos y ya estábamos a bordo del ferry que nos cruzaría a la isla grande de Tierra del Fuego.
Llegamos de noche a Porvenir, siendo Abril, se oscurece no muy tarde, y cada día se acorta a pasos agigantados mientras uno se acerca al invierno. Fuimos a comer a un restaurante que quedaba cerca del hotel Yendegaia, por cierto lo recomiendo ampliamente.
Al día siguiente tendríamos la oportunidad de conocer a los pingüinos, pero por falta de tiempo ahora tendré que dejar el resto de la historia para más adelante.